Rápida y furiosa.

Mi hijo de siete años es un muchacho valiente y de recursos. Hoy sólo encontró una de sus zapatillas de deportes, y para evitar un regaño de la madre se puso otro de diferente modelo y color, sin decir nada. Para su desgracia, mi mujer se dio cuenta cuando estaban a punto de alcanzar medio camino entre la casa y la escuela, es decir, tantito antes de la línea de no retorno.

Foto: Cortesía de Original Film.
Luego de vociferar y maldecir como marinero borracho, mamá hizo un giro de 180 grados al mejor estilo del Servicio Secreto, y enfiló de vuelta hacia la casa a toda velocidad. El pueblo se llama San Pedro de los Baches, y no por casualidad; además está lleno de topes. El auto daba bandazos, brincos y patinazos, pero la mujer conducía con mano firme y hielo en las venas.

Aunque yo estaba sólo de visita, al llegar a casa me arrojaron sin contemplaciones por la portezuela, para que fuera a buscar la zapatilla extraviada. Cojeando y maldiciendo entré en la casa, que a esas horas parecía haber sido saqueada el 4 de enero (tendré que motivar al mayordomo y al ama de llaves), y tuve la fortuna de encontrar el zapato bajo el tercer sillón que revisé.

El camino de vuelta a la escuela fue peor, porque ahora no sólo sorteábamos (o brincábamos) los obstáculos topográficos, sino que ya había tránsito pesado en la carretera. Más de un camionero sudó frío y tuvo que aplicar los frenos a fondo para no impactarnos. Cuando quise comentar que más vale una hora tarde que un minuto de silencio, vi la "Britney señal" en mano de mi esposa y opté por guardarme mi opinión.

Gracias a Dios y a nuestros ángeles custodios (aunque ellos se bajaron del auto a la primera oportunidad), llegamos sin contratiempos. Bueno, casi. Porque mi hijita de tres años no pudo aguantarse las ganas de cantar "Guadalajara" para todos los presentes. Por su dominio excepcional al volante, digno del "Rápido y furioso" Danny Toretto, desde hoy a mi mujer mis hijos la llaman "Mami Toretto". Porque son niños sin miedo.

Comentarios

Entradas populares